Ya
no eres tú. Tú a mi no me entiendes. El tiempo cambia a las personas, las
personas mienten. Y yo ya no te creo, estás diferente. Y no soy yo, dices que
tú tampoco, ¿será el presente? Todo vino de repente, así que ni me lo creía. Lo
digo seriamente, dime que de mí sería. Si te fueras, si pudieras sentir lo que
siento, dentro de éste cuerpo que parece de cemento. Sé que soy una entre
cientos, tan sólo, y te juro que puedo darte todo, de algún modo lo aseguro. Y
siento que para tí no es duro, y miento, si te miro a los ojos y digo que me
arrepiento. No es justo, explícame qué ocurre, por favor. No eres tú, entonces,
¿de quién es el error? Jamás entenderás cómo me siento en éste instante, quizás
si estuvieras en mi lugar sería diferente. Estás distante, y si soy importante
para tí, sólo pido explicaciones, aunque no las debería pedir. Serás mi
bendición, mi perdición. Y tus rayadas, podrían terminar por destrozar un
cuento de hadas. Ya nada es igual, me cuesta olvidar. Soy yo la que está mal,
no eres tú. Y es que olvidar no es nada fácil, perdonar tampoco. El corazón es
frágil, tanto que el mío está roto. Tan buena que parezco tonta, soy una
imbécil. Noto que pronto sólo te reconoceré en fotos.
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